La democracia NO es la dictadura de las mayorías

Las agencias de noticias nos marean la perdiz con lo que está sucediendo en Bolivia con todo tipo de detalles accesorios, y tienden a omitir lo esencial del ilegítimo proceso constituyente boliviano, que resumo a continuación del dibujito:

1. En julio de 2006 se celebran elecciones para la Asamblea Constituyente, en las que los partidarios de Evo Morales logran un 50,7 por ciento de los votos. El porcentaje de votos necesarios para una reforma constitucional es de dos tercios, por lo que sería necesario un pacto con la oposición para que ésta se produjera.
   
2. Unilateralmente, el partido de Evo Morales declara a la Asamblea Constituyente plenipotenciaria, es decir, con facultad para, además de crear una constitución, dictar cualquier otro tipo de leyes.
   
3. Dado que para dictar leyes ordinarias no se requieren dos tercios de los votos, Evo Morales y los suyos dictan una Ley... ¡que estipula que ya no serán necesarios dos tercios de los votos para la nueva Constitución!
   
4. Ante semejante fraude de Ley (y algún otro fraude en el tema de los conteos, etc.) estallan todo tipo de protestas, primero entre los electos de la Asamblea, y luego en las calles, tantas que sería muy largo incluso resumirlas.
   
5. Evo Morales corta por lo sano llevándose a sus diputados leales a un cuartel para allí con sólo un poco más de la mitad de los votos, sin permitir la presencia de los constituyentes electos que no le obedecen, y sin tan siquiera leer el texto que se aprueba, sino sólo un índice, aprobar la nueva constitución a mano alzada sin molestarse en hacer una cuenta rigurosa.
   
6. Eso sí, al final del acto se cantó el himno nacional por todos los asistentes, puño en alto. La Nación ante todo. Claro que la Nación son sólo ellos.