20 de septiembre de 2007

Cien mil objeciones

"El profesor puede enseñar o adoctrinar. Cuando la enseñanza prima sobre el adoctrinamiento, la educación cumple su función principal, en el interés de los que la reciben y de la democracia bien entendida. En cambio, cuando se impone el adoctrinamiento, se convierte en nefasta, abusa de la infancia y sustituye la cultura por impostura”.

Jean François Revel. El conocimiento inútil.

Me es muy grato anunciar el lanzamiento de un nuevo blog de Libertad Digital en el que tengo el honor de colaborar, obviamente en el papel de ilustrador: Cien mil objeciones (para no cursar Educación para la Ciudadanía).

La "Educación para la Ciudadanía", a la que llamaremos en adelante EpC. No suena tan mal, ¿verdad? Si se medita bien, debemos verlo como algo siniestro, aunque haya a quienes les parezca una idea fácil de vender al público, apoyados como están en su omnímodo aparato mediático: ¿Qué hay de malo en ordenar una asignatura específica que inculque al niño los valores que le ayudarán a ser un buen ciudadano, libre, tolerante, respetuoso? ¡Falacia hipócrita!

De los que la han diseñado y monitorizarán su cumplimiento (y en algunos casos, sacarán dinero de ella merced a sus negocios editoriales) ya vamos conociendo el pelaje totalitario (y muy poco libre, tolerante y respetuoso: ¡qué gran profesora de EpC hubiera sido Rosa Regàs!)

Pero no es que este tipo de iniciativas sean malas según quién esté en el Gobierno. Empeñar los recursos públicos y la enorme capacidad de obligar y persuadir de un Estado moderno para interferir con contenidos políticos en ese delicado, enigmático proceso merced al cual un ser humano empieza a conocer un mundo al que acaba de llegar es una de las mayores perversidades que puede cometer un Estado (y la lista es larga, y triste), y suele responder a una visión perversa de quienes detentan el poder del ser humano, único, irrepetible, libre, responsable, como una masa a moldear, a la que someter a experimentos de ingeniería ideológica, social. Una iniciativa "educativa"que con frecuencia es el primer paso en una escalada que lleva a Auschwitz, a Katyn, al GULAG, y en la que las masas moldeadas y "educadas" son al mismo tiempo cómplices y víctimas.

Por esta causa, en Europa, la idea de que quien quiera nuevas condiciones debe empezar por los niños, fue monopolizada sobre todo por los movimientos revolucionarios de corte tiránico: cuando llegaron al poder, arrebataban a los niños de sus padres y sencillamente los adoctrinaban.

Hannah Arendt. Entre el Pasado y el Futuro

Y Hannah Arendt sabía de lo que hablaba, y vio con sus propios ojos como la locura totalitaria se enseñoreaba de Europa.

¡Que Zapatero no es Hitler ni Stalin, ni siquiera Franco o Pètain! Ya, pero... no debemos a estar dispuestos a permitirle que llegue a ser ni siquiera la centésima parte de lo que fueron ellos. Y reflexionemos si sus negociaciones con ETA no son, al menos, una centésima parte del Pacto Germano-Soviético que condenó a naciones enteras al desmembramiento y la servidumbre, la complicidad e inacción de su Justicia ante la violencia callejera, la amenaza, la extorsión, no es al menos la centésima parte de lo que fueron las camisas pardas de las SA en la Alemania de los años 30 o el Ku Klux Klan en la América Profunda durante buena parte del siglo XX, o si su "Alianza de Civilizaciones" no tiene una parte del colaboracionismo con el enemigo, de la traición a la patria y a la democracia, que supuso para Francia el Régimen de Vichy.

¿Cómo se puede luchar contra la injusticia y el abuso si se nos educa, se nos anestesia, para que no lo veamos, para que a las cosas se las llame por otro nombre, de acuerdo a un criterio impuesto desde el Poder? Ya lo hace "la tele", pero EpC es justa, exactamente eso, y los niños que se vean obligados a recibirla no van a tener la opción de cambiar de canal.

Si no queremos llegar al extremo apocalíptico de denunciar el germen de totalitarismo presente en esta medida (yo sí quiero hacerlo, y me creo con razones) rebelémonos contra el paternalismo hipócrita de un Estado que a pesar de su larga lista de desatinos se cree con derecho a arrebatar a los padres esa función tan importante como es la educación en valores. ¿Que los padres son falibles? Sí, pero Dios (o la Naturaleza, o la Evolución) hizo la paternidad, y en cambio, Dios (o la Naturaleza, o la Evolución) no creó el Gobierno. Decía una sentencia del Tribunal Supremo de los EE.UU. en los años 50 (de la que lamentablemente hoy no he podido encontrar referencia) que "no es que la función del Gobierno sea impedir que los ciudadanos cometan errores. En cambio, sí es la función de los ciudadanos impedir que el Gobierno los cometa."

¿Qué opción de impedir algo así se deja a unos futuros ciudadanos a los que el Estado (y un Estado en manos de sectarios) ha impartido sus propios criterios de lo que es bueno y malo en vez de dejar que la naturaleza, la familia y el trato social cotidiano (y un adecuado acceso a la cultura, que sí entra dentro de lo que debe ser una educación obligatoria) formen al individuo dotándole de un sentido crítico que aquí pretenden ahogar con consignas?

Y si, como decía aquel Tribunal Supremo, de impedir se trata, en eso estamos. El objetivo de la nueva bitácora no es sólo estudiar, comentar, criticar esta nueva medida. Se intentará publicitar y promover la Objeción de Conciencia a esta asignatura. Se ha marcado un objetivo que parece factible, y ése da nombre a la bitácora: Cien mil objeciones. Animo a todos los que compartan con nosotros esta idea a que colaboren y difundan la noticia tanto como puedan.

El escritor de la bitácora es Álvaro Vermoet Hidalgo, célebre blogger, entre otras muchas referencias (es consejero del Consejo Escolar del Estado, presidente de la Unión Democrática de Estudiantes y miembro del Consejo Escolar de la C.A.M.) De su nutrida actividad que saltará a la vista con una simple búsqueda en la Web, quiero destacar, de hace unos meses, su bitácora "en vivo" desde el mismo seno de las deliberaciones del Consejo Escolar del Estado , que llamó particularmente la atención por su espectacular inmediatez, convirtiéndose en mi opinión en el ejemplo de la bitácora que acabará convirtiendo este medio en un modo de comunicación que marque diferencias, que complemente de una manera esencial al periodismo más clásico.

Y el ilustrador de la bitácora es éste, Mienmano, para servirles.

3 comentarios:

Anónimo,  20 de septiembre de 2007, 11:34  

Apuntado queda y añadido a la lista. Un saludo.

El Cerrajero 20 de septiembre de 2007, 12:43  

Muy buena iniciativa, la voy a promocionar en mi blog.

También es de interés EpC NO

lujaban 20 de septiembre de 2007, 20:17  

Te apunto a mi lista.
Bienvenido y a resistir...

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