El ABC, ahora contra el EGM.
Como en los malos festivales de cine, en los que el reparto de premios está calculado para que hasta el más tercermundista de los participantes pueda aducir que se ha llevado algo, esta vez el habitual triunfalismo de todos los medios al tratar con las cifras del EGM tiene un poco más de base: las tan sabidas labores previas de cocina de las estadísticas han sacado del horno un reparto tan general e igualitario de premiecitos y consolaciones, que alargan por un lado y recortan por el otro, que cuando todos los medios dicen que han ganado, ¡es literalmente cierto!.
Con tal vez una excepción. Las cifras de ABC son malas, tanto que cuesta encontrar algún resquicio parcial en el que se pueda decir "en el sector X de tal tipo de lectores y teniendo en cuenta el periodo de tiempo Y a Z hemos subido", la tabla de salvación a la que todos los medios se agarran cuando vienen cifras flacas.
Pese a ello, han encontrado algo de lo que ufanarse: la subida de su diario on-line (pese a que expresan la noticia tan descuidadamente que el que la lea de pasada puede creer que se refieren al diario impreso. Tal vez no sea un descuido)
¡Claro que ni en eso se quedan solos! La Vanguardia les contradice y afirma de su versión on-line exactamente lo mismo.
De todas formas, el grupo Vocento, propietario del ABC se consuela con sus propias acumulaciones de cifras, y, y esto es digno de reseñar, se desquita del suspenso del ABc en el EGM con los primeros pasos de una crítica velada a este estudio de medios, del que fueron defensores hasta extremos ditirámbicos en lo público, y maquiavélicos en lo privado, durante la época del escándalo desvelado por por J. A. Abellán (COPE) en que se desvelaron las especiales vulnerabilidades del sistema de conteo del EGM.
Véase este primer paso de ABC contra el EGM, contrastándolo con el sistema de control de difusión OJD, sin duda mucho más riguroso.
La crítica da un paso más allá, con un tono reflexivo, casi filosófico. Tal vez más que los primeros pasos de una ofensiva contra el EGM, lo que se esté mostrando aquí sea una advertencia paternal: "Sed buenos chicos, EGM, que a los que os han atacado beneficiáis y a los que os hemos defendido nos dejáis atrás. Aquí os enseñamos nuestros primeros dientes".
Naturalmente, para que toda esta interpretación por mi parte fuera sensata, tendríamos que considerar al EGM por una "casa de tócame Roque" en la que se pueden alterar los resultados por medio de distintas influencias y en la que la verdad estadística es la última prioridad, y eso en el caso de que tengan un medio de conocerla fiablemente.
¿Defiendo yo esta interpretación? Huy, no, esta es una bitácora de humor y todo lo que hemos afirmado en este post es una broma. Que cada uno interprete la relación entre el número de ejemplares que imprime un periódico y el número de gente que los lee como quiera: es una discusión bizantina, a la que sólo se le puede dar importancia por los intereses creados. Un periódico o revista puede ser leído por la gente más insospechada.
Y, además, ya hemos visto cómo las gastan algunos Juzgados de lo Mercantil...
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